Voy a romper las ventanas y a entrar como el aire...

lunes, 31 de diciembre de 2012

y 26 minutos antes...

estamos juntos por las carreteras españolas,
dejando atrás el presente ya pasado,
las señales obsoletas, las espinas ensangrentadas.
Sin destino decidido, sólo
kilómetros por recorrer...en la profundidad de tu mirada, de faro azulado.

"Será un reencuentro inesperado en noche azul."

jueves, 20 de diciembre de 2012

Los días no vividos..

Pensaría en ti hasta teletransportarme a tus brazos,
hundiría mi cabeza en ese rincón perfecto entre tu hombro y tu cuello,
te respiraría hasta que seas mi aire. Mi último aliento.
Y cuando el sol se pusiera a arder, abrazados entre las llamas,
saltaríamos juntos, sin miedos, al acantilado.
Para fundirnos en el mar...
y dejar atrás las cenizas de lo que pudo haber sido.

 ¿Y tú, qué harías si se acabará el mundo mañana?


Playa del silencio

miércoles, 12 de diciembre de 2012

12/12/12


Te haría ilusión saber que en muchos lugares del mundo,
hoy, la gente cree.
Personas extrañas que confían en un número, tu número,
Que sueñan y se casan precisamente hoy,
a la espera de la felicidad, de la suerte, de los deseos cumplidos.

Si es que cuando te digo que eres mágica...

Hoy, mirando las noticias, me ha parecido verte esparcida sobre la tierra...
soplando partículas de magia.

Te dejo este artículo de la Wikipedia, para que te deleites con tu número y olvides durante unos minutos, tus años no-cumplidos.

"Flume" Bon Iver

Un año más o menos

Nos vamos acercando...detrás de la puerta, hay una luz intensa.
(no todo es oscuro, cuando cumples años)

Cierra los ojos...y visualiza tus deseos, 
Estamos casi...en tus cincuenta años.
La mitad de una vida como suele decir la gente, como si cada individuo viviera cien años.
Ojalá fuera cierto.

La vida efímera, la muerte infinita.
No importa si eres eterna.

Los segundos se van desvaneciendo...cierro los ojos, pediré un deseo con tu permiso,
y sin ver nada, avanzamos con nuestros sueños acompañándonos,
3...2...1...Feliz cumpleaños Maman! 
¿Ves? tampoco era para tanto.

y por un momento, he creído estar junto a ti,
he imaginado como era mi eternidad viajando junto a la tuya.

Je t'aime Maman.

"Forever young" Bob Dylan



martes, 11 de diciembre de 2012

Precumpleaños

Lo sé: son muchos años. Y tienes miedo.
Te niegas a envejecer, ver cómo el tiempo surca huellas en tu piel.

Estás angustiada y te escucho decirme "no quiero hacerme vieja", 
te sonrío y hasta me burlo de ti. Mírame, yo también envejezco Mama, no soy inmune al tiempo al igual que tu. ¿Lo ves? Aquí, me ha salido una arruguita. Me respondes con una mueca. Venga, no te enfades... Qué más da mientras sigamos con alma de adolescencia rebelde.
Eso, era antes. 

Ahora, me invade un sabor amargo...y frío.
Envejezco sin ti. Y me acuerdo...
de tu piel que nunca he llegado a ver realmente arrugada, 
de tu voz que siempre retumbaba como una caricia,
de tus ojos dulces y melancólicos, 
y sobre todo, recuerdo tus manos rosas y suaves, e infantiles con los hoyitos que las caracterizaban.

Las recuerdo tanto que a veces te toco.

Así que minutos antes de tu cumpleaños, haremos este ritual:
Te pensaré tan fuerte que conseguiré crearte,
Acariciaré tu mano y la cogeré suavemente pero con firmeza para que no te me escapes,
Te haré recordar instantes felices y caminaremos juntas hasta cruzar la puerta.
Borra todo lo malo, empiezas de nuevo,
¿Estás bien? Respira tranquila, estoy aquí. 
"Non, je ne regrette rien" Edith Piaf

martes, 4 de diciembre de 2012

Días de hielo

Llegó diciembre, lo que era tu mes. Y el mío también.
En definitiva, nuestros días.

2011. Mis días, los tuyos se volatizaron.

2012. Las fechas, tu recuerdo, mi necesidad de ti.
La omnipresencia de la ausencia.

Yo ignoraba que un bebe a los 18 meses entra en pleno despertar...
Según las teorías,  empieza a curiosearlo todo: cajones, armarios, tesoros escondidos.
Su lenguaje se desarrolla. Su autonomía se hace espectacular: puede comer solo.
Y se hacen necesarios los rituales como el beso de buenas noches.
Pero lo más importante, es la necesidad de seguridad afectiva que crece en él. Pero dime, ¿para qué?

Te has ido hace 18 meses, no sé si he vuelto a nacer.
Los que me conocen supongo que dirán que sí. Desde el exterior, era inevitablemente un alivio.
Yo tengo la sensación de estar inconsciente.

A pesar de todo el daño que me has hecho,
daría mi vida por hablarte durante media hora,
sentarme a tu lado, mirarte y contarte todo lo que siento desde hace un año y medio.
Verte angustiada por cumplir años, tranquilizarte y transmitirte que merece la pena todo lo vivido. Abrazarte y besarte. Sólo demostrarte que te entiendo, cada día un poco más.

Creo que me parezco demasiado a ti y no puedo evitar asustarme con la idea de volverme como tu.

¿Pero sabes? eso es lo de menos. Me da miedo la vida, aquel maldito laberinto sin sentido en el que me has metido.
Me pierdo y no sé el motivo.
No hay nada, no te siento.
Me prometías señales. Mentíras.
Y si te digo la verdad era mi única esperanza
para entender "por qué" todo esto.

Así que rompo la teoría de los 18 meses,
-has muerto, he vuelto a nacer (?)-
no estás, tampoco ella ( viajó contigo en marzo), ni tu prima, ni el hermano de tu padre, ni su alma gemela peluche...todos, se van.
podría haber sido yo, uno de mis hermanos, no importa quién.
Perdemos la vida, al igual que la ganamos: sin quererlo y haciendo daño.

Y sólo quiero comprender ¿por qué?
y la respuesta es un eco que se pierde en tu recuerdo.

Tu me manques Maman.

PD. Y aún te oigo susurrarme tu canción, no he conseguido salvarte, no soy tu ángel de la guardia.
Y te cansaste de esperar a que echáramos a volar...lo hiciste sin mí. Perdóname.


domingo, 2 de diciembre de 2012

Le petit prince et le renard


Fue entonces cuando apareció el zorro:
- Buenos días – dijo.
- Buenos días – contestó amablemente el principito -, que se volvió, pero no vio a nadie.
- Estoy aquí abajo, bajo el manzano – dijo la voz.
- ¿Quién eres? – le contestó el principito -. Eres muy bonito…
- Soy un zorro.
- Ven a jugar conmigo – le propuso el principito -. Me siento muy triste.
- No puedo jugar contigo – le dijo el zorro -. No estoy domesticado.
- ¡Ah perdón! – dijo el principito.

Pero después de reflexionar, le dijo:
- ¿Qué significa "domesticar"?
- Tú no eres de aquí – dijo el zorro -. ¿Qué buscas?
- Busco a los hombres – contestó el principito-. ¿Qué significa "domesticar"?
- Los hombres – dijo el zorro – tienen fusiles y cazan.¡Es muy desagradable! También crías gallinas. Sólo se interesan por eso.¿Buscas gallinas?
- No – le contestó el principito -, busco amigos.¿Qué significa "domesticar"?
- Es una cosa muy olvidada – dijo el zorro -. Significa "crear lazos…"
- ¿Crear lazos?
- Ciertamente – dijo el zorro -. Para mí tú no eres aún más que un muchachito semejante a cien mil muchachitos. Y no tengo necesidad de ti. Y tú tampoco tienes necesidad de mí: yo no soy para ti más que un zorro semejante a cien mil zorros. Pero si tú me domesticas, tendremos el uno necesidad del otro. Serás entonces para mí el único del mundo. Yo seré también para ti el único en el mundo.
- Comienzo a entender – dijo el principito -. Hay una flor…creo que me ha domesticado…
- Es posible – dijo el zorro -. ¡Suceden en la Tierra tantas cosas..!
- ¡Oh, no es en la Tierra! – dijo el principito.
El zorro parecía muy intrigado:
- ¿En otro planeta?
- Sí.
- ¿Hay cazadores en ese planeta?
- No.
- ¡Eso es interesante!¿Y gallinas?
- No.
- Nada es perfecto – suspiró el zorro.
Pero el zorro volvió a su idea:
- Mi vida es monótona: cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres se parecen. Por eso me aburro un poco. Pero si tú me domesticas, mi vida se iluminará. Conoceré un ruido de pasos diferente a los otros. Los otros harán que me oculte, los tuyos me llamarán como una música. Y, además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan; para mí el trigo es inútil. Los campos de trigo no me sugieren nada. Eso es triste. Pero si tú tienes los cabellos dorados. ¡Será maravilloso si me domesticas! El trigo dorado me hará recordarte. Y amaré el ruido del viento en el trigo…

El zorro calló y miró por largo tiempo al principito:
- ¡Por favor, domestícame! – dijo.
- Bien quisiera – le contestó el principito -, pero no tengo mucho tiempo. Tengo que encontrar amigos y conocer muchas cosas.
- Sólo se conocen aquellas cosas que se domestican – dijo el zorro -. Los hombres no tienen tiempo de conocer nada. Compran las cosas ya hechas a los vendedores. Pero como no existen vendedores de amigos, los hombres no tienen amigos. Si quieres tener un amigo, ¡domestícame!
- ¿Qué hay que hacer? – dijo el principito.
- Hay que ser paciente – respondió el zorro -. Primero te sentarás un poco lejos de mí, así, en la hierba. Yo te miraré de reojo y tú no dirás nada. La palabra es fuente de malentendidos. Cada día podrás sentarte un poco más cerca…
Al día siguiente volvió el principito.
- Hubiese sido mejor que volvieses a la misma hora – dijo el zorro -. Si por ejemplo, vienes a las cuatro de la tarde, desde las tres yo me sentiré feliz. Y a medida que se aproxime la hora, me sentiré más contento. A las cuatro ya comenzaré a agitarme y a estar inquieto: ¡conoceré el precio de la felicidad! Pero si llegas a cualquier hora, jamás sabré cuándo preparar al corazón…Los ritos so necesarios.
-¿Qué es un rito? – preguntó el principito.
- Esto es algo que también ha sido olvidado- dijo el zorro -. Es lo que hace que un día sea diferente a otro día; una hora de las otras horas. Por ejemplo, entre los cazadores existe un rito. El jueves bailan con las chicas del pueblo. Por lo tanto, el jueves es un día ¡maravilloso! Ese día paseo hasta la viña. Si los cazadores bailasen cualquier día, todos los días se parecerían y yo no tendría vacaciones.

Así, el principito domesticó al zorro. Y cuando se aproximaba el día de la partida:
- ¡Ah! – dijo el zorro -. Voy a llorar.
- Tuya es la culpa – dijo el principito -. Yo no te deseaba ningún mal, pero tú has querido que te domesticara…
- Efectivamente – dijo el zorro.
- ¡Y ahora vas a llorar! – le contestó el principito.
 - Sí – dijo el zorro.
- Entonces, ¿qué ganas?
 - Gano – dijo el zorro – debido al color del trigo.
Después añadió.
- Mira nuevamente las rosas. Comprenderás que la tuya es la única en el mundo. Volverás a decirme adiós y yo te regalaré un secreto.
El principito fue a ver las rosas:
- Vosotras no sois exactamente iguales a mi rosa, ni sois nada aún – les dijo -. Nadie os ha domesticado ni vosotras habéis domesticado a nadie. Sois como era mi zorro, que no era más que un zorro semejante a otros cien mil zorros. Pero yo lo hice mi amigo y ahora es único en el mundo.
Las rosas se sintieron muy disgustadas.
- Sois hermosas, pero estáis vacías – insistió -. No se puede morir por vosotras. Seguro que un caminante cualquiera os creería igual a mi rosa, pero ella es más importante que todas vosotras; porque yo la he regado; porque la protegí contra el frío con mi campana de vidrio; porque la resguardé contra el viento con el biombo; porque le maté los gusanos (excepto dos o tres que se hicieron mariposas). Porque he escuchado sus lamentos y a veces cómo se envanecía y hasta cómo se callaba. Porque es mi rosa.
Y volviéndose hacia el zorro:
- Adiós – le dijo.
- Adiós – le contestó el zorro -. Este es mi secreto, muy sencillo: sólo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos.
- Lo esencial es invisible a los ojos – repitió el principito para recordarlo.
- El tiempo que perdiste con tu rosa es lo que la hace tan importante.
 - El tiempo que perdí con mi rosa – repitió el principito a fin de recordarlo.
- Los hombres han olvidado esta verdad – dijo el zorro – Pero tú no debes olvidarla. Eres responsable para siempre de lo que has domesticado. Eres responsable de tu rosa…
- Soy responsable de mi rosa…- repitió el principito a fin de recordarlo.

Antoine de Saint Exupéry.



Saudade

Absorbida en mi mundo siempre.
Inhalo soledad para congelar el vacío.
Mi origen no tiene raíces y mi presente es inalcanzable.

Solitaria antagónica. Me asusta el amor que siento por los demás.
Me aterroriza la idea de que se puedan marchar. 
Pero no te voy a mentir, no hago nada remediarlo.

Creo que no soy egoísta. Intento dar lo mejor de mi misma,
no sé si realmente lo hago. No me gusta auto-analizarme. 
Procuro socializarme pero huyo de las obligaciones sociales.
Cobardía en algunos casos, pereza o auto-defensa en muchos más.

Pero he de admitir que mi propia compañía me cansa. 
He de admitir que echo de menos tu presencia-esencia, añoro esas tardes de chimenea inventada.
¿Acaso, tu objetivo era domesticarme?
Puede que hayas conseguido tu meta, ojalá vengas pronto a liberarme.

"In the cold, cold night" The White Stripes